Los boletos se terminaron rapidamente, un “sold out” fulminante y determinante. La emoción de al fin ver al trío británico los motivaba a permanecer en una fila que un día antes del evento ya contaba con unas 60 personas con boleto de pista general en mano. Hablando con los organizadores de la fila y la lista (los mismos fans), vimos que fue un verdadero relajo ya que algunos querían meter a más gente y otros no. Contando con cobijas, chamarras y unas cuantas cervezas se dispusieron a dormir y pasar revista cada 2 horas para ir eliminando a la gente de la lista. Finalmente decidimos abandonar la fila y volver al día siguiente.

Al llegar a la fila horas antes del evento, la gente estaba impaciente, se preguntaban quien abriría el concierto y cual sería el probable setlist, uno se regocijaban pero otros más se lamentaban al enterarse de que en esta gira no se tocaban temas como Showbiz, UNO o Unintended.

Finalmente antes de lo estipulado se abrieron puertas, primero la revisión de rutina, luego esperar formados bajo una carpa dispuesta por los organizadores para poder pasar ahora sí a la pista del Palacio de los Deportes.

Una segunda revisión, ahora del boleto, y a correr, cientos de fans corriendo alrededor del recinto para poder tener un buen lugar. Se veían la desesperación de los fans, gritos, empujones, jaloneos. Finalmente al llegar a la pista seguridad organizó un poco y los fans cayeron rendidos a tomar asiento, después de un tiempo empezaron los empujones a 2 horas de que empezara el concierto. Después de oír las mismas canciones varias veces, se apagaron las luces, un Palacio de los Deportes lleno a más no poder, lanzó un grito ensordecedor para recibir a una triada de ingleses dispuestos a enfrentarse al público mexicano por primera vez.

Un escenario con 2 pantallas “gigantes” a los costados, y como parte de la iluminación mallas de leds al fondo y luces robóticas, fueron testigos del derroche de energía del grupo. El cual salió dispuesto a entregarse a los fanáticos mexicanos, los cuales no paraban de corear las viejas y nuevas canciones.

Con un español un poco forzado el grupo se comunicó con sus fans, agradeciendo su presencia, y alegando que era “maravilloso estar en México”.

2 “encores” bastaron para que se dejara oír el grito de euforia que emanaba del corazón del Palacio de los Deportes, ya que la fanaticada insistía en seguir brincando y cantando al ritmo de la poderosa y siempre estruendosa bateria de Dominic Howard, el hipnotizante bajo de Chris Woltensholme y la apocalíptica guitarra de Matt Bellamy.

Más de 20,000 almas presenciaron este histórico concierto, ya que es la primera vez que el trío británico pisa territorio azteca, esperando sea la base para que el grupo incluya a México en su próximas giras de forma constante.

Además a las 00:42 del 13 de abril un sismo de 6.3 en la escala de Richter sorprendió a la emocionada fanaticada que aún se encontraba a las afueras del recinto comprando souvenirs.

Setlist: (tomado de Sopitas.com)

01 Take A Bow

02 Hysteria

03 Super Massive Black Hole

04 Map Of Problematique

05 Butterflies & Hurricanes

06 Assasin

07 Sing For Absolution

08 Citizen Erased

09 Hoodoo

10 Feeling Good

11 Sunburn

12 Starlight

13 Blues Jam

14 Time Is Running Out

15 New Born

16 Soldiers

17 Invincible

18 Kaoss Jam

19 Stocholm Syndrome

20 City Of Delusion

21 Plug In Baby

22 Knights Of Cydonia

Veredicto: Tecnicamente, al menos desde mi posición en pista general, a unos cuantos metros del escenario, percibí un buen sonido y la iluminación me pareció muy buena. El ambiente fue muy bueno, nos dimos el lujo de jugar con globos gigantes cual pelotas de playa.

Aunque la euforia de la gente (me incluyo) ocasionó que los empujones estuvieran a la orden del día, el concierto ocurrió sin problemas graves.

Las playeras “oficiales” y las de afuera estaban feas.

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Yo soy muy sensual.