No pueden haber muchas otras instituciones bien establecidas en el Reino Unido como el Banco de Inglaterra. El nombre está en los billetes, en una estación de metro y cada mes sus decisiones sobre las tasas de interés determinan cuánto dinero deberán pagar los ingleses en sus créditos hipotecarios. Pero el interior de este edificio emblemático permanece relativamente desconocido, un verdadero pedazo escondido de Londres. Pero eso no es totalmente accidental. Es que grandes partes del banco se encuentran a nivel subterráneo, atesorando billetes y oro. Al poner un pie en el banco, justo bajo su pie está -según asegura el banco- la segunda mayor concentración de lingotes de oro en el planeta. En un intento por acercar su historia al público, el banco ha relanzado su propio museo. Pero, ¿qué pasa con esos lingotes?. El banco sostiene que cuenta con 400 toneladas de oro del gobierno británico, pero no revela cuánto más está bajo llaves en sus bóvedas, incluyendo las reservas de oro de otros países. Detrás de las barras Cada lingote de oro está avaluado en cerca de US$300.000. Usted puede tratar de imaginarse las barras de oro que están bajo tierra. Están hechas de 13 kilos de metal, avaluadas en cerca de US$300.000 cada una y almacenadas en un máximo de tres al mismo tiempo para que no se dañen. Pero dadas las precauciones de seguridad, usted no recibirá precisamente un recorrido guiado. La identidad del personal que trabaja en las bóvedas de lingotes es también un asunto de seguridad, luego que crecieran temores sobre la posibilidad de que parientes de los empleados pudieran ser secuestrados. El banco es un edificio mucho más grande que lo que sugiere su apariencia. Sobre el nivel del suelo, ocupa 3 y medio acres en el corazón de la zona financiera conocida como The City en Londres. Y el área bajo tierra, que incluye tres pozos en desuso, ocupa un espacio mayor que el edificio más grande en la zona, la Torre 42. Además de corredores, oficinas y bóvedas, tiene sus propias salas de gala y un jardín privado. En el siglo XVIII, un empleado excesivamente alto fue enterrado en el jardín para evitar que su cuerpo fuera robado por ladrones de cuerpos que podían buscar un inusual especimen para vender a los cirujanos de la época. Hay un enjambre de túneles que corren bajo las calles de The City y la historia cuenta que en la década de 1830 los directores eran convocados a una reunión en las bóvedas en el medio de la noche por un hombre proveniente de las cloacas, quien había encontrado la forma de penetrar el edificio. Â Fuente: BBC