La National Gallery repartió replicas de pinturas de Rubens, Van Gogh, Caravaggio y otras luminarias, por todo el llamado “West End” londinense, y estarán ahí por tres meses, en Piccadilly, Covent Garden y el Soho compitiendo con las luces de neón y el trajín normal de la ciudad.

Así, al lado de cafés, bares, clubes y junto a tiendas de artículos eróticos, los habitantes de la capital británica están invitados a desacelerar un poco la marcha para contemplar, por ejemplo, las reproducciones de “Los Girasoles”, de Vincent Van Gogh; “Venus y Marte”, de Sandro Botticelli, o “Sansón y Dalila”, de Pedro Pablo Rubens.

Es uno de los epicentros de la vida nocturna de esta capital, y ello lleva el riesgo de que muchos, con el teléfono celular pegado al oído o con algunos grados de alcohol de más, ni siquiera se enteren.

La apuesta de la National Gallery, con este “Gran Tour”, es animar a todos a que vayan al museo, para que ahí, sin distracciones, puedan apreciar el portento de la obra original.

Fuente: BBC

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