El pequeño pueblo italiano de Viganella tendrá luz solar durante el invierno gracias a un espejo gigante colocado en una montaña. Hasta ahora, sus habitantes se quedaban sin luz solar directa durante casi todo el invierno. El alcalde de Viganella, Pier Franco Midali, asegura que “la inauguración ha sido una fiesta preciosa” y confirmó el éxito del proyecto, que ha permitido iluminar los 250 metros cuadrados de la plaza de la localidad y lo hará cada día, durante un mínimo de seis horas, hasta febrero. A oscuras casi cuatro meses al año Viganella, con 185 habitantes y enclavado en el valle de Antrona, en los Alpes italianos, tiene enfrente una cadena montañosa que le tapa la luz del sol desde el 11 de noviembre al 2 de febrero. La solución a la falta de sol se ha encontrado en una gran estructura de once toneladas, que sostiene un espejo de 40 metros de superficie, colocada en una de las montañas, a más de mil metros sobre el nivel del mar, la cual permite proyectar la luz solar sobre el pueblo. Dos niños fueron los encargados de encender el complejo mecanismo que, gracias a un sistema informático, girará diariamente para llevar la luz del sol hasta la plaza del pueblo.