Todo comenzó en un barco de madera llamado Phyllis Cormack, que zarpó de Vancouver en septiembre de 1971, tenía como destino Estados Unidos con la intención de detener las pruebas nucleares que se realizaban en Amchitka, una pequeña isla en las costas de Alaska. Este lugar era hogar de nutrias de mar, halcones peregrinos y águilas calvas, entre otros.

Desgraciadamente, los 12 tripulantes no llegaron a su destino y el 9 de noviembre de 1971 fue detonada en Amchitka la bomba llamada “Cannikin” (después de la “Long shot” en 1965 y la “Milrow” en 1969). La fuerza de está bomba fue de casi 5 megatones y de las tres bombas que se utilizaron sólo Cannikin dejó huellas que hasta el día de hoy se pueden ver.

Mucha gente creería que esto no sirvió de nada, pero no fue así, lo que se logró fue centrar la atención pública en las pruebas nucleares logrando detenerlas, y poco tiempo después Amchitka fue declarado Santuario para aves.

Este endeble inicio sentó el terreno para lo que tiempo después se convertiría en una de las ONG’s más importantes del planeta. Fue así como se dieron cuenta de que la idea de estar en el lugar donde se produce la agresión y además, gracias a los medios de comunicación, poder hacer partícipes a las personas en todo el planeta, constituiría una de las estrategias base en las acciones de Greenpeace.

En 1978, Greenpeace dió a conocer al “Rainbow Warrior” ex-buque pesquero de 40 metros, el cual fue comprado por 40 mil libras y restaurado por voluntarios en 4 meses. El “Rainbow Warrior”es el emblema más importante de Greenpeace a la fecha y ha participado en diferentes campañas. En este momento tienen 2 buques más el “Artic sunrise ” y el “MY Esperanza”, los cuales luchan en el océano Ártico contra la caza ilegal de ballenas.

Greenpeace protesta en contra de el cambio climático, la crisis de los océanos, la pesca de arrastre, el descenso en la población de peces en los océanos, la caza ilegal de ballenas, la deforestación, la ingeniería genética, los químicos tóxicos, el comercio injusto y el uso de armas nucleares. De las cuales, si lo pensamos bien, todo esto ha sido provocado por las acciones desmedidas de los humanos, quienes creemos que todo lo que la MADRE TIERRA nos ofrece jamás terminará.

Durante la historia de Greenpeace ha sido criticada y menospreciada por gobiernos e industrias, y en ocasiones por otras organizaciones ambientalistas, pero esto no ha sido suficente para detenerla. Greenpeace ha demostrado que, cuando algo es lo suficientemente importante, defender los principios y desafiar a los que toman las decisiones es lo que hace la diferencia.

El objetivo sigue siendo claro y el mismo que hace 30 años, “proteger y salvar las PROVISONES ambientales globales”, asegurar que haya un mundo en donde nuestros hijos e hijas puedan vivir sin los riesgos de que el agua, el aire, la tierra y los alimentos estén contaminados. Es por esto que se puede decir que Greenpeace trabaja para el futuro de todos nosotros y de los que están por llegar, ES HORA DE RECUPERAR AL PLANETA.

Desgraciadamente nunca es suficiente y hay problemas que sobrepasan el alcance que tiene la Organización, por esta razón se necesita la ayuda de todos, ayuda que es fundamental para seguir luchando por un planeta limpio, sano y seguro para estas y futuras generaciones.

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