Un grupo de científicos descubrió en Australia fósiles de setenta especies que vivieron hace entre 200.000 y 800.000 años, incluidos ocho tipos de canguros desconocidos y el primer esqueleto completo de un león marsupial. El hallazgo, relatado en el número de esta semana de la revista científica Nature, aporta información de gran valor al debate sobre las razones por las que se extinguieron tantos grandes mamíferos o megafauna en Australia. Los restos óseos localizados en unas cuevas bajo el desierto australiano de Nullarbor corresponden a 69 especies de vertebrados y un molusco. Entre los fósiles hay veintitrés tipos de canguros -ocho de los cuales nunca se habían descrito-, wombats, loros y el primer esqueleto completo conocido del león marsupial Thylacoleo carnifex. Las especies halladas por los científicos, dirigidos por Gavin Prideaux, del Museo de Australia Occidental en Perth (Australia), oscilan desde bettongs, roedores de pequeño tamaño, hasta especímenes de tres metros. El misterio sobre si el impacto de la llegada del Hombre o el cambio climático contribuyó a la extinción de la megafauna ha sido uno de los grandes debates de los paleontólogos. En opinión de los autores de esta investigación, el clima en la región durante el Pleistoceno Medio pudo ser similar al de la actualidad, por lo que el cambio climático registrado desde entonces hasta nuestros días no explicaría por sí solo la desaparición de esas especies. “Al establecer que la fauna del desierto de Nullarbor durante el Pleistoceno estaba adaptada a las condiciones de sequía, las hipótesis de que la extinción se produjo por la susceptibilidad a la sequía se vuelven insostenibles”, señalan los autores en Nature. Los investigadores han reconstruido el antiguo ecosistema de Nullarbor a partir de la información obtenida, entre otros medios, de los isótopos de oxígeno y carbono contenidos en la dentadura de los wombats. Según Prideaux, aunque el clima era similar hace 500.000 años, “la región debía haber tenido más árboles para mantener tan amplia diversidad de herbívoros”, explica en un comunicado divulgado por el Museo de Australia Occidental. Los autores de la investigación argumentan que los animales de Nullarbor estaban bien adaptados a las condiciones de aridez desde al menos 400.000 años antes de su desaparición, lo que hace improbable que sucumbieran en los periodos de sequía que trajo la Era Glacial. “En algún momento durante los últimos 400.000 años, la vegetación en el Nullarbor cambió desde el bosque susceptible a los incendios al mosaico de arbustos y matojos que vemos hoy”, continúa. En su opinión, “un incremento de los incendios” explicaría mejor el cambio, dado que el factor climático no es “significativo”. Los científicos explican el buen estado de los fósiles por el hecho de que las cuevas en las que aparecieron han permanecido selladas desde que los animales cayeron o se metieron en ellas, hace entre 400.000 y 800.000 años. La mayoría de los grandes mamíferos del sur de Australia desaparecieron antes de la llegada del Hombre al continente, hace unos 40.000 años. Fuente: EFE