El zoológico de la ciudad de Bremerhaven (norte de Alemania) ha dado por fracasados los esfuerzos por reorientar las apetencias de sus pingüinos homosexuales, tras un año de infructuosa convivencia con hembras suecas. El colectivo de pingüinos gays se ha mostrado insensible a los encantos de las hembras importadas de Suecia para aparearse con ellos, admitieron hoy los responsables del zoo. Por un lado, las suecas se mostraron más retraídas de lo deseable, lo que se atribuye a que llegaron fuera de la época de apareamiento. Por otro, los machos no abandonaron las costumbres adquiridas en los últimos tiempos y han seguido con sus prácticas homosexuales. El caso de los pingüinos gays saltó a la actualidad hace aproximadamente un año, al decidirse el zoo a importar cuatro suecas visto que los machos se habían pasado de bando por falta de oferta sexual femenina. Este comportamiento homosexual es un fenómeno conocido en esa especie y desde el principio se supo que difícilmente se lograría invertir, puesto que los pingüinos homosexuales raramente rompen. La experiencia del zoo de Bremenhaven desató una ola de protestas de colectivos homosexuales tanto alemanes como estadounidenses, que consideraban se estaba bloqueando el amor entre parejas del mismo sexo