Investigadores de la Universidad de Pittsburg desarrollaron una serie de experimentos en los que una forma de terapia genética parece proteger a ratones de los efectos de la exposición a la radiación. Esto se hizo posible al aplicar un componente protector a cada célula en los cuerpos de los ratones. Expertos dicen que una vacunación contra la radiación nuclear podría ser utilizada para proteger a los miembros de los equipos de emergencia en el caso de un ataque nuclear terrorista. La radiación afecta los sistemas inmune, circulatorio y respiratorio. La explosión en la planta nuclear de Chernobyl, ocurrido el 26 de abril de 1986, lanzó polvo radioactivo por toda Europa. Varios integrantes del equipo de respuesta a la emergencia murieron por la radiación.