Margret Wagner se cayó cuando tenía cuatro años y llevaba un lápiz en la mano.

El lápiz perforó su mejilla y parte de él se alojó en el cerebro sobre el ojo derecho.

La mujer, de 59 años, ha sufrido jaquecas y hemorragias nasales durante casi toda su vida.

RadiografÃa del cráneo de la señora Wegner.

Un equipo de cirujanos berlineses logró remover casi todo el lápiz, en una operación que duró dos horas, aunque tuvieron que dejar un fragmento de dos centímetros.

El profesor Hans Behrbohm, especialista en cirugía endocóspica de los senos nasales en la clínica Berlín-Weissensee, dirigió la operación y anunció que la señora podía moverse y no sentía dolor.

“La parte central del cuerpo extraño estaba encapsulada en tejido suave y no causaba daño, así que no representaba riesgo dejarla ahí”, explicó el doctor a la BBC.

“Es una parte difícil de operar, pero era un riesgo calculado con técnicas médicas modernas”, agregó Behrbohm.

“Ya no tiene jaquecas y podrá oler otra vez, porque tenía pólipos que obstaculizaban su sentido del olfato”, dijo el cirujano.

El lápiz medía ocho centímetros, y estuvo a punto de dañar uno de los nervios ópticos de la señora Wegner, a quien no quisieron operar cuando era pequeña por temor a causar lesiones cerebrales.

El doctor Behrbohm señaló que en la operación se usó una reconstrucción tridimensional del cráneo de la paciente, y un sistema de endoscopía quirúrgica que le permitió abrir el seno frontal, que sufría una seria inflamación.

El esposo de la señora, Ulli Wegner, entrenador de boxeo, elogió el valor de su esposa y confirmó que se está recobrando.

Fuente: BBC

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