Un pueblo del sur de China tomó una decisión casi surrealista: para ahorrarse el dinero y esfuerzos de reforestar una de sus montañas, que quedó sin árboles tras varios años de actividad minera, decidió pintarla de verde en lugar de plantar árboles, denunciaron hoy varios periódicos del país. Los hechos ocurrieron en la localidad de Fumin, donde funcionó durante siete años una cantera para la extracción de piedra que arrasó mil metros cuadrados de ladera en el monte Laoshou (“Cabeza Vieja”). Los vecinos que viven al pie de la montaña se quejaban del ruido y polvo que causaba la cantera, por lo que ésta fue cerrada el año pasado, y en julio de 2006 una decena de personas fueron al lugar y lo pintaron de verde metálico tras 45 días de trabajo. El hecho no había cobrado trascendencia nacional hasta esta semana, en que aparecieron fotos del pueblo en diarios de Yunnan, Hong Kong y Pekín, en los que las casas parecen tener al fondo, en vez de una montaña, un decorado gigante de película de bajo presupuesto. Vecinos de la localidad se mostraron reacios a opinar sobre la iniciativa municipal, e incluso uno de ellos, apellidado Duan y dueño de un hostal cercano al monte, llegó a decir que el paisaje ahora es “muy bonito”. En la prensa provincial, sin embargo, muchos se mofaron de la idea, que calificaron de “inútil y fea”. Un periodista calculó que los botes de pintura necesarios para pintar el monte costaron unos 470.000 yuanes (unos 48.000 euros), cantidad que según los vecinos de Fumin daría de sobra para haber plantado árboles en la montaña. La obra fue una decisión del Buró de Agricultura y Bosques de Fumin, y al parecer se optó por el color verde siguiendo las reglas del feng shui (milenaria sabiduría popular que dice cómo han de estar dispuestos los objetos y la luz en una casa o un jardín).