Así, con cara o cruz, se definió el resultado electoral en una localidad de Filipinas, en un proceso que a nivel nacional había estado marcado por la violencia. Bontoc, un pueblo vacacional al norte de Manila, en Filipinas, ponía de esta manera un refrescante ejemplo de resolución pacífica. Bryan Bird Bellang y Benjamin Ngeteg competían por el último de los ocho escaños del consejo local en Bontoc. Los dos contendientes acordaron echarlo a la suerte, ya que habían tenido exactamente el mismo número de votos, esta es una opción prevista en el reglamento de las elecciones locales. Bellang fue por “cara” y ganó. La gente reunida en la alcaldía aplaudió cuando los dos políticos se dieron el saludo luego del resultado. “Les pregunté si querían romper el empate echándolo a la suerte con una moneda, y alguien entre la multitud preguntó si se trataba de una broma”, dijo la supervisora electoral Mary Umaming a la agencia AP. “Señalé que las opciones estaban contenidas en el reglamento, y acordaron lanzar una moneda”. Según la policía decenas de personas murieron durante los tres meses del periodo electoral y al menos tres murieron el mismo día de los comicios el lunes pasado. Observadores en algunas áreas informaron de intimidación contra votantes y fraude electoral.