“Big Brother†Australia celebró una noche mexicana, pero más que una fiesta con tequila y taquitos, se trató de una parodia de nuestro país. Los participantes se disfrazaron con algo parecido a un traje de charro y la competencia comenzó. La primera ronda se llamó “Tabasco fiascoâ€, y la prueba consistió en transportar un líquido que simulaba ser salsa tabasco dentro de unos sombreros especiales, siguiendo un camino con obstáculos en una moto pequeña, y llegar hasta el otro lado. El segundo reto se llamó sombreros musicales; aquí los “big brothers†se vistieron con unos trajes de mariachis, más grandes que ellos. La prueba se trató de correr alrededor de un círculo y cuando la música paraba, tenían que correr a tomar unas banderas mexicanas que estaban sobre unos sombreros y los que se quedaban sin bandera, eran eliminados. En el siguiente concurso llamado “segundo chance”, los participantes tenían que comer un helado de chile. La tercera ronda fue la de los frijoles saltarines, y esa resultó la más polémica. Los dos equipos compitieron entre si. Se dividieron en parejas, dos de ellos tiraban globos de agua roja contra una bandera mexicana, y los otros dos, la tenían que defender bateando los proyectiles con maracas. El equipo que tuviera la bandera que pesara menos era el ganador. La prueba final fue de conocimientos, preguntas de opción múltiple acerca de nuestro país. Por cada respuesta mala, era una cucharada de chile con carne en un plato. Al final quien lo comiera más rápido, ganaba la ronda. Fueron diez preguntas, entre ellas la capital de México, cuándo fue el último mundial en nuestro país, el número de habitantes, la moneda mexicana y que animal era “Speedy Gonzalezâ€. Pero lo más asombroso es que cuando preguntaron de que país se independizó México, uno de los concursantes contestó que de Estados Unidos, y se la dieron por buena. Ante esta transmisión, y sobre todo tras la agresión a la bandera nacional, mexicanos que viven en Australia enviaron una carta a la embajada de nuestro país, para que tome cartas en el asunto. Fuente: Alejandra Patrón