La gente llegó desde antes de que empezara el evento, incluso bajo el cielo que amenzaba con dejar caer una gran cantidad de agua. Así pues, dio comienzo el III Encuentro de las artes Escénicas.

Invitados especiales entraban a Bellas Artes y los demás quedaban afuera contemplando la pantalla que había sido dispuesta para que se pudiera observar lo que acontecía dentro del recinto.

Después de la participación de Jazz Trío (Eugenio Toussaint, piano, Agustín Bernal, bajo y Gabriel Puentes, batería), de la aparición de Onix Ensamble y de Delfos, una buena parte de la gente dentro del Palacio y de mucha más en la explanada -en donde los mismos integrantes del colectivo habían colocado pantallas de video y sistema de audio para que la gente pudiera disfrutar de lo que ocurría adentro-, estaba en espera de la participación de Nortec.

16 músicos de banda, acordeones, guitarras y 5 muebles simulando un guacal grande en donde se colocaron las lap tops del colectivo aparecieron bajo la ovación de los admiradores y la incredulidad de la gente mayor, que no sabía muy bien a dónde se dirigía el evento. Nortec abrió su participación con “Olvídela compa”, y el acordeón en directo llenó las esquinas de un Palacio que estaba apunto de vivir el encuentro de una de las músicas populares más emblemáticas de México, con la propuesta de principios de siglo (Nortec comenzó en 1999) de músicos como Bostich y Panóptica que jugaban con esos sonidos de banda sinaloense y música norteña, en los discos duros de sus computadoras.

Fueron sólo seis canciones, pero fue también la coronación de una propuesta que, para variar fue apreciada primero fuera del país. Nortec estaba tocando en el mismísimo Palacio de Bellas Artes ante su propio público, demostrando que la vida cultural de este país no es exclusiva de la Ciudad de México y que Tijuana hierve en propuestas artísticas. La tuba, la redoba, los huiros, las trompetas, el acordeón, la banda en pleno, se ajustaba a los sonidos y a las capas de audio que salían disparadas de las máquinas del colectivo en una estupenda simbiosis, en una muestra realmente emotiva de música orgánica, de comunicación artística.

La música de Nortec sonaba quizá más potente, quizá más cercana. Lo que es seguro es que estaba más viva, tanto que por momentos, la banda se adelantaba en el ritmo y los chicos Nortec tenían que contenerlos para que la música volviera a la coherencia. La actitud Nortec también se veía más potente y desde la ropa hasta las miradas de satisfacción del colectivo, se notaba que la música nueva debía y estaba ocupando por fin, un lugar en eventos y recintos como ese. Por ello es quizá mayor el mérito de haber colocado esas pantallas afuera del Palacio por parte de Nortec, quienes desembolsaron de su propio dinero para que esto fuera posible. El pueblo estaba recuperando la propuesta, primero a través de la música, después a través de la actitud. 

Setlist:

  • Olvídela Compa
  • Don Loope
  • Bar Infierno
  • Tengo la Voz
  • Tijuana Bass
  • Polaris

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