En una zona remota de Turquía se descubrió una familia con cinco hijos que caminan en cuatro patas, con los pies y las manos en el suelo, los que según científicos, pueden ofrecer información valiosa sobre la evolución humana. Los investigadores creen que las tres niñas y los dos varones poseen detalles genéticos que pueden llevar a descifrar por qué nuestros ancestros evolucionaron de ser animales “en cuatro patas” a caminar en dos. Pero el profesor Nicholas Humphrey, de la London School of Economics, rechaza la idea de que pueda existir el gen del bipedalismo, o de caminar erecto. De todos modos, un equipo científico alemán que participa en las investigaciones de la familia turca, sostiene que la deformación de esos niños debe responder a una anormalidad genética. Los niños retrocedieron a un sistema de locomoción primitivo, y el caso es singular porque dos de las niñas y uno de los varones sólo caminan apoyándose en las dos manos y los dos pies. En esta posición, tienen que flexionar tanto las rodillas como el cuello, pero la tercera niña y el otro varón ocasionalmente caminan de modo erecto, pero sólo por cortos periodos de tiempo. Los cinco niños, que parecen haber nacido con alguna forma de daño cerebral, viven con sus padres en una zona remota de Turquía y otros 13 hermanos. Mientras análisis realizados hasta el momento demuestran que los niños sufren de una deformidad que les afecta el balance y la coordinación, los científicos están divididos en cuanto a los motivos que pueden haber causado que los niños regresionen al cuadrupedalismo. Además, las callosidades en las manos demuestran que su andar no es un truco, y mantienen los dedos ágiles, lo cual, según Humphrey, habría servido al hombre primitivo para desarrollar herramientas y evolucionar. El cree que la anormalidad cerebral habría llevado a sus cuerpos a redescubrir una forma de locomoción usada por el hombre primitivo.