El empresario de mudanzas de Nueva York, Nahum Kohen fue acusado de haber robado dos dibujos de Picasso del apartamento de un hombre que falleció sin dejar testamento ni herederos. William M. V. Kingsland, fallecido en marzo de 2006, dejó en su apartamento del Alto Manhattan una enorme colección de arte, en la que se incluía, además de los Picassos, obras de Giacometti, John Singleton Copley, Odilon Redon o Kurt Schwitters. Ante la falta de herederos, la ciudad de Nueva York contrató a una empresa de tasación para que evaluase los bienes que contenía la vivienda, con objeto de subastar más adelante los más valiosos. La empresa tasó y fotografió todos los bienes, incluidos los dibujos de Picasso, que se tasaron en cerca de 60.000 dólares, lo que permitió detectar su ausencia. La desaparición fue denunciada a la Oficina del Administrador Público de Manhattan y a la propia Oficina Federal de Investigaciones (FBI), que emprendió una investigación sobre las personas que habían tenido acceso al apartamento después de que se tomarán las fotografías. Si bien el nombre de Nahum Kohen se incorporó a la lista de sospechosos, su detención no se llevó a cabo hasta que se detectó que uno de los dibujos había sido puesto a la venta a través de un “broker” de arte, que desconocía la procedencia ilegal de los Picasso. De esta manera, el jueves se presentaron cargos contra Kohen, de 38 años, que se enfrenta a una pena de hasta 15 años de cárcel, así como contra su suegra, Ori Lellouch, de 56, quien intentó vender la obra, y que puede ser condenada a un año de cárcel por posesión ilegal de una obra de arte. Fuente: EFE