La profesora retirada de Epsom, Venetia Phair, en Surrey, Inglaterra, ha dejado su firma indeleble en nuestro mapa del Sistema Solar. Con 87 años, Venetia Phair es la única persona en el mundo que puede adjudicarse haber dado nombre a un planeta. En 1930, con sólo 11 años, Venetia sugirió el nombre de Plutón para el recién descubierto noveno planeta. Este 17 de enero, la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) lanzará su primera misión espacial a este distante punto del Sistema Solar desde Cabo Cañaveral, Florida. Plutón, el dios romano del mundo subterráneo, terminó siendo un nombre particularmente apto para el enigmático objeto, ubicado en las regiones más distantes del universo. El nombre propuesto por la chica que estudiaba en una escuela de Oxford llegó al Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, donde el planeta fue descubierto por un joven astrónomo estadounidense llamado Clyde Tombaugh. “Por ese tiempo yo estaba muy interesada en mitología griega y romana y otras leyendas”, dijo la señora Phair a la BBC. En la mañana del 14 de marzo de 1930, la joven inglesa estaba sentada tomando su desayuno en el salón de su casa donde vivía con su abuelo Falconer Madan. El abuelo, que era un bibliotecario retirado de la Biblioteca Bodleiana, estaba junto a ella leyendo el diario The Times. Cuando encontró el artículo sobre el descubrimiento del planeta en la página 14 se lo dijo a su nieta. La nota mencionaba que el objeto aún no había sido nombrado, lo que impulsó a la niña a sugerir su propia denominación. El señor Madan estuvo tan impresionado con el nombre Plutón que fue a ver a su amigo Herbert Hall Turner, profesor de astronomía en la Universidad de Oxford y uno de los líderes en la búsqueda mundial de un mapa astrográfico. En muchos sentidos todo fue increíblemente afortunado”, explica Venetia. “Primero, yo tuve suerte de tener un abuelo que se interesó por el tema y que conocía al profesor Turner”. “Tuve mucha suerte de que el nombre apareció ahí. Casi no había nombres de la mitología clásica sin utilizar. Si pensé acerca del oscuro y amenazador Hades, no estoy segura”. Aunque retirado, Falconer Madan continuaba visitando la Biblioteca Bodleiana, debido a su interés por Lewis Carroll y sus ex colegas. “Él caminó hasta la Bodleiana como lo hacía habitualmente y en el camino dejó una nota en la casa del profesor Turner”, recuerda Venetia. Irónicamente, el profesor no se encontraba porque estaba en la Sociedad Astronómica Real en Londres donde había grandes especulaciones acerca del nombre del noveno planeta. “Ninguno de ellos sugirió Plutón. Eso fue otro golpe de suerte”. Cuando finalmente Madan logró encontrar a Herbert Hall Turner, el astrónomo estuvo de acuerdo que se trataba de un nombre excelente y prometió enviar un telegrama al Observatorio Lowell. La niña de Oxford no supo más del tema por un mes. El primero de mayo de 1930, el nombre de Plutón fue formalmente adoptado. Cuando la noticia se hizo pública, el señor Madan premió a su nieta con un billete de 5 libras. La señora Phair aprovecha la entrevista para negar un rumor que creció luego del descubrimiento del planeta: que ella lo había nombrado por el personaje de Disney, el perro Pluto (Plutón se escribe Pluto en inglés), que también debutó en 1930. “La gente repetía: ‘¡Ah! lo llamó Pluto por el perro’. Ahora ha sido probado que el planeta fue nombrado antes que el personaje y no al revés. He sido reivindicada”. El nombre fue adoptado -aparentemente- no sólo porque era uno de los pocos disponibles dentro de la mitología clásica, sino también porque las dos primeras letras eran las iniciales de Percival Lowell, el astrónomo que le dio su nombre al observatorio donde Clyde Tombaugh trabajaba. La NASA ha invitado a la señora Phair a ver el lanzamiento de la misión a Plutón desde Cabo Cañaveral, pero ella ha dicho que probablemente rechace la invitación, debido a su edad. En los últimos años ella ha tratado de seguir las noticias del planeta que nombró, el mismo que muchos astrónomos piden que deje de ser considerado planeta. “Es interesante ¿no?, que cuando más se habla de que pierda su categoría, más parece crecer el interés”, opina Venetia y agrega: “A mi edad, me he mantenido bastante indiferente (al debate), aunque supongo que prefiero que permanezca como un planeta”.